Una excursión a Al Ahsa, en la zona este de Arabia Saudí, le transportará a un verde paisaje muy alejado de las onduladas dunas de arena y las áridas llanuras del desierto. Al Ahsa se encuentra entre Riad y Dammam y se extiende hasta el Cuarto Vacío. Alberga uno de los oasis naturales más grandes del mundo y una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Allí podrá descubrir manantiales naturales rodeados de palmeras datileras, ricas tierras de labranza y algunos de los mejore...
El día empieza en Al Hofuf, el corazón comercial de Al Ahsa, con su precioso centro histórico y mercado restaurado. Allí se encuentra el Palacio de Ibrahim y, al otro lado de la calle, la Casa de la Lealtad, donde los locales juraban fidelidad al fundador de la Arabia Saudí moderna, el rey Abdulaziz Ibn Saúd.
El Palacio de Ibrahim, construido durante el primer estado saudí y ampliado bajo el gobierno otomano, es una obra maestra arquitectónica. Combina el diseño árabe con el militar. En principio se utilizó como base del ejército y luego como cuartel general de una guarnición. Entre para recorrer la Mezquita Al Qubba, todavía en uso, las salas bien conservadas y un pequeño museo repleto de objetos y fotografías, entre otras cosas. La entrada es gratuita pero el horario puede variar, así que consúltelo por adelantado.
Tome un desvío para llegar a la Mezquita Jawatha, supuestamente la primera mezquita construida en la provincia Oriental de Arabia Saudí y que data del séptimo año de la Hégira. Construida por la tribu Bani Abd al-Qays que vivía allí, se dice que fue la primera del reino en celebrar el rezo de los viernes aparte de la Mezquita del Profeta de Medina. Aunque gran parte de la estructura original de la mezquita se ha perdido, los cimientos se han restaurado meticulosamente para que puedan tener lugar oraciones cinco veces al día. Todos los visitantes son bienvenidos.
Es imposible visitar Al Ahsa y no ver alguno de los más de cien manantiales naturales de la región, que vierten agua fría, templada y caliente por todo el terreno. Entre los más conocidos se incluyen los bulliciosos manantiales de Al Jawhariah, Um Sab'ah y al Khodoud, pero prepárese para las multitudes. Muchos consideran que estos manantiales minerales tienen propiedades terapéuticas, por lo que se puede ver a gente dándose un baño vigorizante o incluso bebiendo el agua de los manantiales.
Para comer, haga un hueco para ver el lago Asfar, conocido como el lago Amarillo, en el límite de la ciudad. El lago cruza doce kilómetros de dunas y es un enclave muy apreciado por las familias y el lugar perfecto para un pícnic. Es una de las pocas masas de agua naturales del Golfo y esconde parte de la fauna más espectacular de la región. No está comunicado por carretera, por lo que es esencial un todoterreno. Para disfrutar al máximo, lo mejor es contratar un guía que le acompañe y muestre los lugares más apartados.
Pase la tarde contemplando vistas espectaculares desde la montaña de Al Qarah. Son poco más de 220 metros, un ascenso bastante sencillo que merece la pena por las vistas. El risco es de piedra caliza, que le dota de un característico tono blanquecino, y un laberinto de cuevas, recovecos y pasadizos surcan la montaña, esperando a ser descubiertos. Contrate a un guía local para aprovechar al máximo la visita y no se olvide de parar en el museo y la cafetería antes de partir.
A medida que cae la noche, cambie la tranquila montaña de Al Ahsa por el animado y alegre zoco de Al Qaisariya. Este zoco al aire libre data de 1822, es uno de los mercados más antiguos del reino y un auténtico festín para los sentidos. Su maraña de callejones está llena de más de 420 puestos que venden un montón de artesanía tradicional, especias, aceites y perfumes locales. Haga un descanso y recargue energías con un café árabe en la famosa cafetería y tetería Al Said mientras contempla el ir y venir de los comerciantes del zoco.
Relájese antes de cenar mientras recoge una selección de los dátiles que hacen famosa a Al Ahsa. AlTayar Dates, una fábrica de Aljafir, está abierta al público y ofrecen una gran selección de dátiles y combinaciones de dátiles y frutos secos que se pueden probar antes de comprar. También ha abierto una nueva tienda en Al Hofuf.
Para disfrutar de una auténtica experiencia gastronómica, puede visitar Dar Albasmah y probar la cocina tradicional saudí con un toque moderno o el Al Koot Heritage Hotel, donde mujeres cocinan recetas familiares locales que han ido pasando de generación en generación. Después de cenar puede tomar café en el Wacafe Café: imprescindible probar sus cafés con leche con dátil y azafrán. Y si se queda con hambre, pruebe el pan Hasawi especiado con dátiles y cardamomo.
Al Ahsa cuenta con una buena selección de hoteles. El hotel boutique Al Koot Heritage Hotel combina una arquitectura elegante con una serie de habitaciones cómodas y detalles auténticos de la zona. Si busca el lujo de un 5 estrellas, pruebe el Al Ahsa InterContinental, que ofrece habitaciones con una bonita decoración en un edificio que parece un castillo del siglo XVI.
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